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Solo hay un camino para Ardan de las Highlands: la venganza. El es uneinherjar, un guerrero de Odín que sufrió una grandísima traición amanos de la mujer que estaba destinada a ser su compa?era eterna. Lavalkyria le pisoteó el corazón y, debido a ella, lo enviaron a laTierra a proteger a los humanos, solo, con el alma destrozada y unodio latente en su interior. Carece de sentimientos, carece de miedo y su espíritu rezuma despecho y ansia por devolver el dolor sufrido.Ahora, tiene la posibilidad de obtener aquello que más anhela: someter a Bryn y hacerle pagar por partirle el corazón. Sin embargo, mientras se ciega en su furia, no solo podría perder de vista la misión deencontrar a Gungnir, la lanza de Odín, también podría perder elrespeto de aquellos que le rodean y la oportunidad de recibir unaexplicación por parte de la Generala que podría cambiarlo todo. Pero,?cómo puede escuchar un hombre al que nada le ofende impunemente?Bryn La Salvaje lleva eones flagelándose por la decisión que tomó yque afectó de lleno a Ardan. Sus palabras lo alejaron de ella,rompieron su kompromiss y congelaron las alas de su einherjar, elhombre por el que hubiera dado su vida a ciegas. Las alas de ambosestán heladas y azules. Pero ahora, ella y su ejército de valkyrias se encuentran en Escocia luchando por recuperar el último de los totemsdivinos de los dioses que fueron robados del Asgard. La Generalaestará, contra su voluntad, en manos del duro highlander, pero norendirá hasta demostrarle al escocés déspota y dominante que puedesometer su cuerpo, pero nunca su alma ni su corazón. Una palabra deArdan la devolvería al Valhall sin honores, y una pregunta delguerrero de ojos caramelo podría cambiar la relación entre ellos. ?Leimportará ella lo suficiente como para preguntarle por qué hizo lo que hizo? ?Aprenderá Ardan que no se puede someter a alguien tandisciplinado y honorable como Bryn?El Midgard empieza temblar. La tierra se agrieta y de sus entra?asnace una terrible rebelión. Los portales se empiezan a activar unodetrás de otro y Gungnir, todavía extraviada, no debe clavarse enninguno de ellos. La guerra está a la vuelta de la esquina.Pero no hay batalla más sangrienta que la que estalla entre dosguerreros de alas congeladas. El hielo seco de ella puede quemar tanto como el despachado fuego de él. Que arda el Midgard.